Entre mis papeles me encontré, sin pretenderlo, con cuatro poemas que escribí en el año 2008 y me pareció que, después de un tiempo sin escribir poesía, era hora de hacer una entrega de mis desnudos sentimientos porque al escribir con el alma todo aflora, incluso aquello que deseabas guardar en lo más hondo de tu ser para preservar, si cabe, esa intimidad que sólo a ti mismo te pertenece. Estamos ante momentos difíciles en donde los seres humanos sufren en demasía: catástrofes, hambre, enfrentamientos violentos, regímenes autoritarios que quieren perpetuarse a pesar de la oposición de parte de su pueblo y yo, quizá para evadirme de tanta información no deseada, les quiero hacer llegar este canto interior, perdido entre notas, reseñas y documentos que esperan a que les de forma y puedan ser socializados.
Las originales se encuentran escritas a mano y en color verde, como si de un canto de esperanza se tratara pero sólo se trata de pequeños trozos de mí que quieren gozar de la libertad de la que otras y otros no tienen y buscan, con todas sus fuerzas, el ansiado cambio y, en multitud de casos, se encuentran, de forma injusta, con el no deseado paso a la otra orilla.
Miré al fondo, muy al fondo
y crucé, en el camino, con tus ojos.
Me preguntaron, te pregunté.
No dimos respuestas.
El ave del paraíso se presentó,
súbitamente, sin invitación aparente.
Se mezcló con nuestros aromas
y disfrutó, también, del festín
de la limpieza del alma,
y sin tropezones, se abandonó
al goce de lo etéreo.
28/01/2008
La aurora me llevó a ti
en aquella luz del alba.
Te di mi beso
en sueño placentero
y vi tu cara de miel,
tus ojos en aquel túnel
en que la luz agonizaba.
19/07/2008
Frías ideas
se enredan cual hiedra
en mi rama cansina
que se vuelve verde
al tacto enamorado.
Los secos campos florecen
y, dulcemente, se humedecen
ante la dulce caricia.
Después, en aquel arenal,
dormimos el olvido.
19/09/2008
Esperas a que las gaviotas
se metan por la puerta
de tus sinuosas callejuelas
y vuelen hasta tu pensamiento.
Tus sueños hacen que su vuelo
se detenga en tu mirada
y, a modo de recuerdo,
en tu pelo, casi sin fuerzas,
quieran olvidar la ausencia
de abrazos amorosos.
10/10/2008
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