November 2010 Archives

La pena de muerte.

| No Comments | No TrackBacks

En todos los momentos y épocas han existido seres humanos que se han manifestado abiertamente en contra de las penas de muerte. Debe ser una señal de humanidad, algo que nos diferencie de los violentos, el mostrarnos en contra de todo tipo de atropellos, de acallamientos interesados, de las desigualdades acentuadas y llevadas a cabo por los que sólo piensan en llenarse sus repletos bolsillos, de los políticos corruptos que están alejados de la realidad y, día a día, aumentan su patrimonio, de los que piden que nos ajustemos el cinturón y, de forma insolidaria, aumentan sus ya grandes sueldos. Basta ya de dictaduras, de ausencia de libertades, de lugares y cárceles ausentes de las más mínimas condiciones, de acallar a las minorías, del sufrimiento impuesto por los que ejercen el falso poder, de la lejanía de los gobernantes, de los azotes, de las violaciones, de las torturas, del terrorismo, de las guerras, de la explotación del hombre por el hombre, en contra de aquellos que atentan contra los niños y niñas del mundo, en sus más diversas y horripilantes prácticas, de los que practican la violencia con sus semejantes y, entre otras muchas más, proclamo mi repulsa contra la pena de muerte.

 En mis frecuentes encuentros con la prensa de antaño, debido a mi condición de historiador y antropólogo, me encontré con un ejemplo de lucha contra la injusticia y la barbaridad que supone la aplicación de la pena de muerte. La noticia, del año 1902, nos decía que un opulento filántropo suizo, Anatolio Scheneider Wan Douppel, había muerto hacía unos pocos días en la ciudad de Lucerna. Lo curioso del caso es que en su testamento dejaba establecido que su fortuna, valorada en 43 millones de francos, que había hecho, la mayor parte de ella, en minas de petróleo en Australia, de carbón de piedra en Westphalia y en deuda inglesa y alemana, se utilizara para luchar contra la lacra de la pena de muerte. Para tal menester dejaba un premio de 150.000 francos para cada uno de los verdugos que llegado el momento de ejecutar la sentencia a un reo se negaran a obedecer. Aquel sustancioso premio se concedía por llevar a cabo esa desobediencia, negándose a ejecutar lo que se les ordenaba, además del expreso deseo del verdugo de abandonar las funciones de ejecutores de la justicia. ¡Muy curioso y original testamento!

Me parece increíble, que en pleno siglo XXI, se continúe aplicando la pena de muerte en muchos países, por las más variadas razones. Me negué, en su momento, a presenciar las imágenes del asesinato de Sadam Hussein, a pesar de las barbaridades que había cometido, consentido por los países abanderados del orden y la democracia, de la justicia y las libertades. ¡Qué hipocresía! ¡Qué ejemplo! ¡Qué atentado en contra de los derechos humanos! No se pueden dar esos ejemplos de barbarie a los jóvenes y a los no jóvenes. También me niego a ver imágenes de jóvenes ahorcados por gobiernos  macabros, videos con viles ajusticiamientos por el método del degüello...todas esas imágenes deberían ser prohibidas en los medios de comunicación. Basta el relato para que se nos sintamos disminuidos como seres humanos.

Hace ya muchos años leí un libro que me dejó marcado. No alcanzaba aquel joven a comprender tanta maldad llevada a cabo por los seres (in)humanos. Su lectura fue costosa. En ocasiones, se me hacía un nudo en mi garganta. Me repetía, una y otra vez, que aquello que leía era imposible que lo llevara a cabo una persona normal. A lo largo de los siglos hemos tenido ejemplos que son un canto a la desesperación, hemos estado en manos de seres muy enfermos que aplicaban su bestialismo fuera de casa, algunos posiblemente también lo hicieran en familia, riendo, celebrando y alegrándose por el derramamiento de sangre y el sufrimiento ajeno. Aquel libro, que considero que las personas formadas se deben leer para acercarnos a lo que el ser humano nunca debería repetir, se titulaba "La pena de muerte: Ceremonial. Historia. Procedimientos", su autor Daniel Sueiro.

Un grito se debería levantar, en todos los lugares del Planeta, para evitar que estas injusticias se sigan llevando a cabo. ¡No a las ejecuciones! ¡No a las torturas! ¡No a las penas de muerte! y SÍ a denunciarlas, a aplicarles la justicia a los que las han llevado a cabo. ¡Cuántos inocentes no se han visto ante su inminente ejecución! ¡Cuántas lágrimas, cuánta desesperación y cuanto sufrimiento al ver que les quitaban el bien más preciado! ¡Basta ya a las guerras injustas y a las muertes de inocentes! ¡Basta ya!

Una persona me escribía un comentario, a uno de mis trabajos, en el que me especificaba que detrás de la muerte por ajusticiamiento de algún ser humano existía otra persona, desesperada y abatida, que sufría el terror y la impotencia de no poder hacer nada para evitar ese atentando contra los Derechos Fundamentales. Su ser querido iba a ser privado de la vida y nada podía hacer. Lágrimas, desolación, sufrimiento, soledad...se apoderaban de aquellos que se quedaban y, como respuesta, el silencio y la falta, no deseada, de presencia de los que nos abandonan.

 

 

Alzheimer

| No Comments | No TrackBacks

Me puse a reflexionar sobre lo que puede suceder en nuestra mente cuando uno se desconecta de la realidad, no es capaz de recordar, de expresar con coherencia, se aísla o se hace casi invisible y la respuesta, en mi caso, fue la desesperanza y la impotencia. Quise indagar sobre el cómo se puede llegar a esa terrible enfermedad que se denomina de Alzheimer (EA) y la respuesta es, de momento, desconocida. Lo angustioso es que no existe un medicamento preventivo que lo impida. Se recomienda el ejercicio y la actividad mental para intentar que no se presente en nuestras vidas pero no es una certeza que esas actividades hagan el efecto deseado.

Hace unos días, de forma curiosa, un amigo me comunicaba la muerte de su abuelo y la terrible enfermedad de su abuela. Decía que mejor fue así porque su abuelo, que estuvo al pie de su empresa hasta el último momento,  no hubiera soportado la muerte de su compañera y en este caso su abuela no se enteró de lo sucedido.

-         Hola. ¿Cómo estás?

-         Uno, dos, tres, cuatro...

-         ¡Dame un besito!

-         Uno, dos, tres, cuatro....

-         ¡Abuela, dime algo!.

-         Uno, dos, tres, cuatro...

 Siempre la misma no respuesta, sin luz, sin esperanza...así de triste es la enfermedad de Alzheimer, no te enteras de nada de lo que acontece a tu alrededor, no sientes el cariño, las atenciones de las personas que te cuidan y te aman de verdad. Las neuronas van muriendo y tu cerebro se va oscureciendo, perdiendo, poco a poco, su función. Se trata de un mal incurable y terminal y suele hacerse presente, en mayor medida, en personas que sobrepasan los 65 años. Esta agonía se puede alargar durante diez años pero el tiempo del proceso depende mucho del grado de la enfermedad.

Fue el día 15 de noviembre cuando reflexioné, en silencio y ante el teclado, sobre la posibilidad de que esta asesina, sin invitarla, se pueda encaprichar y hacernos una inoportuna visita, presentándose como una intrusa que nos arrastrará al vacío y ahora, cuando soy dueño de mis actos, pienso que no querría sufrir ese sin vivir y además tampoco creo que valga la pena intentar encontrar la salida en un túnel oscuro del que no hay ninguna posibilidad de salir.

Me gustaría, viéndolo desde la perspectiva actual, poder decidir, si eso sucediera, un ocaso digno y no un irme apagando, poco a poco, sin ninguna esperanza de ver de nuevo la luz. Quiero llegar al último puerto consciente y no como una maleta que no encuentra destinatario y que da vueltas y vueltas en la cinta del último viaje. Aquel día, entre otras cosas, surgió la poesía que acompaña este trabajo.

Sé que es imposible ponernos en el lugar de una de esas personas que se ven abocadas a dar la mano a Alzheimer pero por ese don que se nos ha otorgado que se denomina el poder de visualizar me he atrevido, sin que posiblemente se pueda acercar, siquiera, a cualquier situación similar, y sólo a través de la empatía pretender buscar respuestas dónde, de momento, no se tiene ningún libro abierto. Alguien se coló entre los entresijos de mi fuero más interno, quizá aquel temeroso niño de antaño, y me susurró que es posible que como los seres humanos, en una inmensa mayoría, no aceptamos el adiós definitivo, a algunos se les dé la posibilidad de ampliar su permanencia entre nosotros a pesar de que, en cierta manera, es un adiós agónico del que apenas puedes gozar y sí sufrir, sobre todo, los que te ven apagarte muy poco a poco y sin esperanza de no volver a encontrarte.

 

Los dedos se le derretían

sobre el teclado en el que se desnudaba.

Se hacía dolorosamente inevitable

soportar el vacío al que se precipitaba

y de repente surgió el silencio.

Ahora será un imposible plasmar

los deseos y sentimientos

guardados, en lo más profundo.

Se quedaron, secuestrados,

entre las arrugas del tiempo.

Por momentos llegó aquel olvido

y se hizo la oscuridad.

La luz surgió, de nuevo, por sólo un instante,

y lloró al ver su imposibilidad

de mostrar todos los campos floridos.

Las lágrimas se hicieron verdad

y una vez más la pérdida incontrolada

de la deriva del continente

y se fue a sus orígenes,

perdiéndose en aquel desierto

de arenas movedizas

que le invitaban a sumergirse

para nunca más volver.

 

Hambre

| No Comments | No TrackBacks

Más de 1200 millones de personas padecen las consecuencias del hambre en el mundo. Más de 200 millones son niños que están amenazados por esta injusta y superable, si se quisiera poner mano en ello, lacra. También es espeluznante y significativo que 7 de cada 10 personas que mueren en el mundo de hambre sean mujeres.

Hace muchos años que leí, por primera vez, la novela del laureado y después criticado escritor noruego Knut Hamsun no sin dejar de vencer mi empecinamiento de no leerle por sus tesis a favor del nazismo pero, a pesar de todo ello, es mi intención volver a leerla porque, de forma indudable, nos encontramos ante un genio de la literatura no solo de Noruega sino a nivel mundial.

 El escuchar las cifras relacionadas con el hambre en el mundo me hizo recordar aquella novela, del Premio Nobel de Literatura del año 1920, que forma parte de mi biblioteca y que recomiendo a todas y a todos a pesar de que, como ya he mencionado, es un autor maldito por su relación con el régimen nazi y con Adolf Hitler. Yo no entiendo aquella defensa a ultranza y aquel sometimiento a un régimen bestial pero me pregunto y no encuentro respuestas a cómo un hombre de los valores de Knut Hamsun, que se reflejan claramente en su obra, pudo escribir aquella historia de Hambre y de aquel humano que se había olvidado de la felicidad y que era capaz de empeñar su chaleco para saciar el hambre de un semejante, de un anciano minusválido que se encontró en la calle, y con posterioridad abrazar el fenómeno nazi y aplaudir a su insensible líder. Muchos seres humanos son los que aplauden o son consentidores de este tipo de personajes, en aquel entonces y ahora, que violan los derechos humanos y dan la espalda a los semejantes que  lo necesitan.

El protagonista de Hambre olvidó que su preciado lápiz se encontraba en aquel chaleco empeñado para dar respuesta al hambre y ya que era escritor y escribir algún artículo para un periódico, muy de vez en cuando, era su sustento, perder aquel lápiz, aunque fuera de forma momentánea, le supuso algún que otro problema. Nos narra no sólo el hambre sino la desesperación y el frío que tiene que soportar el ser humano de forma magistral. Después de su lectura, muy seguramente, se preguntarán como un autor de esas cualidades pudo abrazar y defender el credo de un régimen tan sanguinario pero así de imperfectos y raros somos los seres humanos y si no que selo pregunten a los responsables de la insensible banca o a los políticos que simplemente ven el interés material y político y no tienen en cuenta el precio que se paga por mantener esa supremacía deshumanizada. 

Si el protagonista de Hambre pudo dar respuesta a aquel hambriento minusválido vendiendo su humilde chaleco me pregunto, desde mi ignorancia, ¿cómo es posible que los países ricos y poderosos del mundo no puedan dar respuesta hoy en día a ese hambre que hace que niños y niñas, mujeres y hombres sufran y lloren la desesperación de no poder hacer llegar nada a sus bocas? La respuesta es bien sencilla. Hay otras prioridades que la necesidad de los pobres y necesitados OTROS. Las garras del poder económico y político no entienden de sentimientos ni valores y sí de  presencia y ganancia desmesurada.

¿Cómo les explico a mis alumnas y alumnos que habiendo respuestas a tal situación los niños de las grandes barriguitas se siguen muriendo de hambre y de sed? ¿Se puede considerar también exterminio el dejar morir por esas carencias a poblaciones enteras teniendo soluciones para ello? ¿Son partícipes las personas que apoyan o aplauden a los personajes que tienen el inmenso poder de dar respuestas a estas injustas situaciones?

Sakineh Mohamadi Ashtiani: Canto por su vida

| No Comments | No TrackBacks

Sakineh Mohamadi Ashtiani es una mujer que fue condenada a la lapidación por el gobierno de Irán. Las acusaciones han sido negadas no sólo por ella sino por su hijo y abogado, que también se encuentran en prisión por intentar defenderla de esta anacrónica e irracional barbaridad. Un gobierno que practica el ejercicio de la muerte por cuestiones, en muchas ocasiones, que intentan mantener el estatus diferenciado entre hombres y mujeres a base del terror y de la violencia desmedida no merece que se le reconozca en ningún lugar de la Tierra.

La presión internacional ha podido evitar la lapidación pero no que se le juzgara de forma justa y primero se juzgaba por adulterio y como no funcionó la cosa se le acusa de asesinato de su esposo. Lo cierto es que sus hijos han pedido, una y otra vez, el perdón para su madre y han esgrimido la inocencia de Sakineh Mohamadi Ashtiani.

Nosotros desde la distancia debemos escribir y pedir, en todos los foros posibles, el que no se lleve a cabo la aplicación de la nueva sentencia que le condena a ser ahorcada. Mañana es el día señalado para la aplicación de este crimen de Estado. Las costumbres y creencias que no están acordes con los Derechos Fundamentales de los seres humanos deben ser erradicadas por la presión de todos los gobiernos del Planeta. No podemos quedar indiferentes ante este atropello y todas las manos, todas las voces... como decía la canción que cantaba, de forma magistral, Mercedes Sosa, debe oírse en todos los lugares.

"Todas las voces todas, todas las manos todas, toda la sangre puede ser canción en el viento; canta conmigo canta, hermano..." de cualquier lugar del mundo para evitar la muerte de ... Sakineh Mohamadi Ashtiani.

Cuando llegue mañana, todas y todos, seremos más felices si las noticias que nos llegan de Irán lo hagan cargadas de perdón, solidaridad y comprensión y se deje de lado el diente por diente y ojo por ojo, las ejecuciones que a nada conducen y que, por siempre, todos los seres humanos tengamos los mismos derechos y la oportunidad de disfrutar de la vida y de aquello que no todos consiguen, la LIBERTAD en el más amplio sentido de la palabra.

About this Archive

This page is an archive of entries from November 2010 listed from newest to oldest.

December 2010 is the next archive.

Find recent content on the main index or look in the archives to find all content.